¡Organicémonos!

Los grupos de arte como espacios de participación y política

Los grupos de teatro, de Murga y de Rock son organizaciones políticas; toman decisiones, elaboran un discurso, manejan recursos y, sobretodo, discuten; ¿cuánto de práctica emancipadora o democrática hay en esos espacios? ¿qué dificultades y disfrutes comparten? Una mirada sobre un puñadito de experiencias, para verse reflejado.

Entrevista a la Compañía de teatro foro El infierno de los vivos
El infierno es encantador


Al cierre de uno de los ensayos semanales, cuatro jóvenes que integran la compañía respondieron una serie de preguntas sobre cómo viven la organización grupal y qué huellas deja la experiencia organizativa en el marco de una actividad artística en la vida cotidiana. Participaron de la entrevista: Federico Costa, Cintia Gutiérrez, Melisa Tivolesi, Ignacio Giménez.
Somos la compañía de Teatro Foro “El infierno de los vivos” que funciona en la Fundación Crear vale la pena. Somos 12 personas, 11 actores y un director. Nos dedicamos a hacer teatro foro que es una de las categorías del Teatro del Oprimido desarrollado en 1960 por Augusto Boal, dramaturgo y director brasilero. Esto del teatro foro es bastante novedoso porque propone la participación activa del público en escena. Mostramos una escena que siempre tiene que ver con un tema opresivo, como discriminación, abuso de poder en el trabajo y abusos de cualquier tipo. En un momento se corta la escena y preguntamos al público como cree que se puede descomprimir esa opresión y solucionar la situación. El público opina, se arma un debate y pasa a actuar con nosotros en una segunda instancia que ya es de improvisación con la gente que participa.

¿Cómo funciona el grupo para la toma de decisiones?
Melisa: tratamos de tomar la decisión como grupo y hay algunas decisiones, más a nivel artístico, en las que la palabra final la tiene el director pero después tratamos de ser todos iguales, todos pares. No es que el director tenga poder de decisión sobre el resto de la compañía, sino que tratamos que sea más democrático.

¿Y qué pasa frente a los conflictos que puedan surgir respecto del trabajo artístico y de la vida como grupo?Federico: como en todo grupo siempre que hay un conflicto tratamos de debatir y de llegar a lo mejor para el grupo por más que algunos tengan que dejar cosas de lado o perder algo. Muchas veces para avanzar como grupo hay que perder cosas personales y también nos estamos entrenando en eso. Pero siempre es mesa redonda y una persona, un voto. Todos tenemos poder de decisión.

¿Y en las decisiones que tienen que ver con lo artístico todo lo decide el director?
Melisa: todo es una construcción colectiva. Hacemos un trabajo de reflexión, planteamos que temas queremos tocar y ahí avanzamos. Pero es una construcción colectiva. Hay cuestiones artísticas que quedan para la decisión del director porque esa es su función y eso siempre es para el bien del grupo y para que siga avanzando.

¿Cómo deciden temas relacionados con la elección de lugares donde presentarse o con la distribución del dinero, por ejemplo?
Federico: Todavía en términos económicos no hay demasiados avances. Imaginate que todavía no hemos cobrado entradas por presentarnos salvo en una oportunidad de una presentación en Río Cuarto en la que el poquito dinero que pudimos recaudar siempre fue destinado a un fondo común de la compañía. Y si no, tenemos una política ya establecida por la que siempre vamos a tratar de armar un fondo común para que todos ganemos lo mismo como en una cooperativa.

¿Cuáles de estas decisiones fueron aprendidas por ustedes como grupo y cuáles las traían de antes, de otras experiencias?
Federico: en términos artísticos y en lo que respecta a la creación de las obras y el material, no es nada novedoso. El método que utilizamos es el de la improvisación a partir del cual proponemos diferentes temáticas que nos interesan trabajar y a partir de la improvisación empezamos a apuntalar con textos escritos y ahí empiezan a nacer las obras. Respecto a las decisiones grupales, tratamos de ser lo más democráticos posible. Puede ser que el grupo funcione de manera novedosa debido a su horizontalidad, quizás no hay muchos grupos que funcionen de esa manera pero no creo que hayamos inventado nada. Simplemente estamos aplicando cosas que ya están inventadas pero que creemos que son las mejores para que podamos convivir en paz y crecer con el grupo. Nadie está por encima de nadie, todos estamos a la par, todos nos escuchamos y las decisiones se toman en conjunto. No es nada nuevo y eso está bueno, ¡Cualquiera lo puede aplicar!

¿Cuánto de todo esto que viven como compañía les deja huella en todo aquello que emprenden por fuera de esto, en su vida?
Cintia: yo creo que esto que hacemos en la compañía deja marcas en todo lo que somos y hacemos. No es que solamente venimos a acá y nos juntamos 3 horas los lunes, los jueves y los sábados y después salimos y nos olvidamos de todo lo que hacemos y pensamos acá. No, porque el cambio que tratamos de hacer entre todos es para aplicarlo en la vida todo el tiempo. En cada situación que se te aparece hay que tratar de solucionar las cosas y no solamente cuando estamos los doce haciendo teatro foro. Está en cada uno poder reproducirlo en los diferentes ámbitos donde trabajamos, con amigos o en otras situaciones.
Federico: es la forma que nosotros elegimos de estar frente al mundo. Lo más coherente y ético es ser condescendiente con eso. A todos los que somos parte de teatro foro, nos juega como un precepto también para nuestra vida.

¿Alguna vez tuvieron que usar la técnica del teatro foro para resolver problemas entre ustedes como grupo?
Federico: Todavía no nos pasó de tener que usar nuestra propia medicina... (¡risas generalizadas!). Nacho: Nos pasó que nos pidieran en un colegio que fuéramos porque había un problema en un grupo. En nuestro grupo aún no.
Cintia: en el grupo siempre está el debate y la toma de decisiones colectiva. Sabemos que hay momentos que hay que tomar decisiones para seguir adelante y que a veces no es tan fácil y es lo que tratamos de decir. Las cosas no se solucionan de un día para el otro, implica un proceso que hay que transitarlo, pasarlo por el cuerpo y ahí tomar la decisión. Y eso ya lo tenemos incorporado.

¿A qué aspiran como grupo?
Federico y Melisa: ¡A cambiar el mundo, en líneas generales!
Melisa: ser mejores nosotros mismos como seres humanos y como grupo El infierno de los vivos. Y también profesionalizarnos. Que esto que empezó siendo un hobby para algunos, se vea como algo profesional, que sea un trabajo. Que la gente vea que quien hace arte también está laburando y se labura un montón.
Federico: como función social, poner sobre el tapete, denunciar y debatir sobre cuestiones que la costumbre naturalizó y que se viven como cotidianas y normales pero que no es tan así. El teatro foro permite eso de hablar sobre temas que están como cristalizados y nos pasan de largo y que son opresivos.

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Unas reflexiones de Víctor Risso,de la Murga Los que Quedamos, de Ituzaingó
La murga como organización social de un barrio

En principio quiero decirles que esto que van a leer no tiene que ver con lo romántico y lo idealista; las experiencias que hice en este camino por los barrios me hizo afirmar día a día todo lo que voy a compartir con ustedes.

La murga es un grupo de personas de diferentes generaciones que toca, baila, canta, al ritmo de bombo con platillo (o sin él), zurdo y redoblante; ese grupo usa, en la mayoría de los casos, levita, pantalón y galera (ropas que ridiculizaban, en el origen de la murga, aquella clase aristocrática y terrateniente de principios de siglo). La murga nace en un barrio y, como voz y cuerpo, lleva el arte a diferentes barrios.

Estas reflexiones quieren dar cuenta de lo que tiene y puede ser una murga para el barrio, no por imposición, ni por capricho, sino por la valoración de la fuerza que surge cuando 10, 15, 20 o 50 personas se unen para hacer arte en un barrio. ¡No hay limites!

Esto no es tan fácil; en la mayoría de los grupos murgueros no siempre se valora esa posibilidad. Con mucha frecuencia se cierran en sí mismos o tienen una apertura con pares (es decir, otras murgas) pero no hacia una articulación con otros actores del barrio en función de un trabajo conjunto.

Pero, mas allá de esas limitaciones, en todos los grupos murgueros existe una organización; a veces más vertical, otras más horizontal o participativa, en la que hay referentes por tareas (baile, maquillaje, percusión, prensa, organización interna, escenografía y comisiones de armado y desarmado, buffet, limpieza, compras, ornamentación escenario, atención a grupos invitados, etc.). En general, en su estructura se opta por designar responsables en cada tema y, al mismo tiempo, decidir en grupo las cuestiones que después muchas veces se trabajan en equipos más chicos, para cumplir objetivos concretos.

En la murga hay integrantes que tocan, otros que bailan, los que cantan, dicen las glosas, llevan la fantasía, los que ordenan el ensayo, los que arreglan con el micro para alguna salida, hacen la escenografía, hacen relaciones públicas con otras murgas, piensan en algún evento, etc.

Hoy, en estos años, una murga tiene una actividad comparable con el club del barrio, la biblioteca, el centro de jubilados, el centro comunitario, la salita de salud, la escuela, el centro cultural, la iglesia, etc. En la murga hay compañeros que se encargan de diferentes tareas, en las que muchas veces se promueve la participación familiar y la de otras personas cercanas al grupo.

Con la sonrisa de oreja a oreja
Multiplicando fuerzas
Formadas desde el festejo
Que nos hace felices
pero con los ojos y oídos bien abiertos
Sin esperanza, con convicciones
y codo a codo por los que no ríen hace tiempo
Somos espejo de lo que nos pasa
y es por eso que esta murga propone
Luchar siempre pensando en al lado
En el que está al costado, en la ruta,
en el camino dando señales.
Glosa de Los que quedamos

Si un grupo de gente se junta por el carnaval y el género murguero como forma de manifestarlo, se propone hacer cosas concretas por el barrio, no hay límites, lo bueno es si pueden pensar en hacer cosas con otros también.
Sin embargo, falta en el “mundo murguero” una articulación con otros en el territorio como organización del barrio. Eso podría generar proyectos extra artísticos, comunitarios (apoyo en campañas de salud, fiestas del club del barrio, eventos de ayuda para la biblioteca, fiestas patrias de la escuela, fiestas de fin de año del jardín de infantes o la guardería, peña en la sociedad de fomento, iniciativas en red para enfrentar problemas estructurales –el caso de inundaciones, necesidades de infraestructura, lucha contra las adicciones, educación sexual, etc.–; muchas son las cosas que la murga puede cambiar junto con otros en los barrios, si se lo propone como organización.

El hacer murga tiene un sentido político muy profundo. Sentido de organización horizontal en la que todos tienen voz y voto, en la que todos pueden traer propuestas y ocupar lugares de coordinación, pero con un gran sentido de responsabilidad; poniendo el tiempo personal que se pueda en función de esos objetivos grupales.

No quedan dudas de que si queremos tener un carnaval popular, participativo, de muchos vecinos y vecinas, una de las herramientas fuertes para darle sentido es el trabajo en red en cada barrio. Ese es el cambio, el desafío que las murgas tenemos que asumir. Pensemos y veamos si se puede trabajar con esta lógica; vale la pena.

Victor Risso / Área de Murga de la Escuela Popular de arte y comunicación de El Culebrón Timbal

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Entrevista a Nahuel Prado Mandrick de la banda El almacén
¡Rocanrol nene!

¿Cómo funciona el grupo para la toma de decisiones, para la distribución del dinero, para la elección de lo que van a desarrollar como producción artística, para definir dónde van a tocar o de quiénes reciben apoyo?
N: Para todas estas cuestiones trabajamos democráticamente, es decir por consenso, para así estar todos conformes, sobre todo con lo artístico, y en lo que respecta al factor económico debemos recurrir a veces al voto por mayoría simple.En cuanto al apoyo, unánimemente decidimos no recibir apoyo de nadie.

¿Cuál de estas cuestiones las inventaron al juntarse artísticamente y cuál de estas cuestiones las tomaron de otras prácticas en las que venían participando?
N: Algunas cuestiones surgieron al mismo tiempo en el que se desarrollaba lo artístico; por otro lado la mayoría de nosotros ha tenido experiencia en la militancia política y ha adquirido practicas allí, que se trasladaron al espacio artístico, es decir, aquí las ratificamos.

¿En torno a qué versan las discusiones antes de ir a tocar a algún lugar y sobre todo antes de producir un tema?
N: Las discusiones antes de salir a tocar versan en: Cuánta libertad hay para poder expresarnos en determinados lugares; cuánto nos cuesta a nosotros a nivel monetario; cuánto le cuesta al público acceder a ese espectáculo que vamos a dar. En cuanto a la discusión en torno a los temas musicales…si ese tema realmente nos representa, si ese tema viola o no las creencias del grupo.

¿Siente que estas discusiones son intercambio de opiniones o que el grupo a partir de estas toma posición respecto de algo?
N: Por supuesto allí está la intención de intercambiar ideas, resolver diferentes situaciones, y tomar posturas respecto a algo.

¿Cuánto sienten ustedes que lo que hacen lo definen ustedes mismos?
N: Sentimos que todo lo definimos nosotros e intentamos justamente dejar una marca de lo que hacemos en nosotros y en los demás.

¿Cómo se da su vinculación con lo social?
N: No de manera chata, somos sensibles, no somos un grupo “panfletario”, favorecemos una metáfora es decir, nuestra relación con el afuera es metaforizando o ridiculizando esa realidad, ese afuera.

¿A qué aspiran como grupo?
N: En primer lugar mantener lo que ya existe, mantener el canal de expresión , y en segundo lugar intentamos generar en el otro una huella, una forma diferente de pensar el arte y la música , generar nuevas reflexiones estéticas.